Extracto de una charla en CUCHARA CLUB, Mayo 2015

YOLANDE: Si tenéis alguna pregunta que os ayude a conoceros mejor a vosotros mismos podemos compartirlas ahora. No hay ninguna obligación, no hay que forzarse a hacer preguntas. Podríamos seguir estando en intimidad con nosotros mismos simplemente sentados en la tranquilidad. Y si de ahí surgiera alguna pregunta pues entonces, hacedla.

Las preguntas que nos podrían ayudar a un mejor conocimiento de uno mismo son las preguntas simples acerca de la vida, las que vienen naturalmente con la práctica de la vida misma.

 

PREGUNTA: ¿No tienes nunca miedo?

YOLANDE: No diría que no tengo miedo, pero he descubierto que hay dos formas de miedo: el miedo al miedo y el miedo en si. Para mí no hay más que el miedo al miedo. En cambio, el miedo que surge en un instante, de pronto, pero que se lo lleva el movimiento del instante mismo, éste puede surgir pero no me concierne, concierne solamente al cuerpo, a la persona. Lo importante es conocerse a uno mismo, en lo que somos realmente. Conocer nuestra verdadera naturaleza y después conocer la naturaleza de todo este movimiento que no somos. Esto es lo que nos enseña el silencio, poder ser esta paz y esta tranquilidad que puede enfrentarse a todo lo que surge en el mundo, en nuestra vida. Hay que hacer bien la diferencia entre el miedo y el miedo al miedo.

El miedo al miedo es hacerse miedo con la imaginación, es miedo a lo que todavía no ha ocurrido. Es un miedo que está siendo pensado, imaginado con la cabeza. Si observamos bien, el miedo que surge verdaderamente, no es mas que una palabra: una palabra en el movimiento de la conciencia.

 

PREGUNTA: Si experimento felicidad cuando estoy en silencio, silencio y vacío, por qué pasamos muchos años de nuestra vida buscando satisfacción en lo material… cuando sabemos al final que eso no nos da silencio, ni paz. Pero aunque lo sepamos, de alguna forma lo seguimos deseando…¿ por qué?

YOLANDE: Dices que lo seguimos buscando… lo dices en tu caso: ¿hablas por ti o hablas de un punto de vista general?

 

PREGUNTA: Lo digo en mi caso y en general. En mi caso, como si me diera seguridad la materia, y luego veo que cuando comparto con mis amigos, los momentos más felices que hemos vivido nunca han tenido que ver con la materia y sin embargo empleamos muchas horas del día en conseguir horas de materia… nuestro trabajo…no sé por qué no hemos mejorado en ese aspecto, la sociedad en general…

YOLANDE: Yo diría que en general, lo que está pasando, es que cada vez hay más personas que despiertan a esta felicidad natural de manera espontánea. Es un poco  el caso de mi historia personal puesto que durante 40 años he buscado la felicidad en el exterior hasta que un día, en un instante más rápido que un relámpago, algo me ha hecho comprender que todo estaba dentro de mi. Se ha ido haciendo una actualización de toda esta enseñanza. Llega un momento en el que tienes una visión clara de que la felicidad no está fuera.  Lo que se enseña en el silencio es que lo uno no va sin lo otro. Lo importante es conocerse como felicidad de manera suficientemente fuerte para quedarse anclado en ello. Es decir, identificarse con ello de manera natural sin hacer esfuerzo, para poder ver y comprender que es a partir de ahí que se expresa este movimiento y que la naturaleza de este movimiento es la de seguir buscando esa felicidad y eso no se puede cambiar. Pero cuando has comprendido de verdad tu verdadera naturaleza entonces estás en ese equilibrio supremo que no te hace perder más energía en el exterior.

 

PREGUNTA: Qué hacer o cómo gestionar cuando sientes muy profundamente el miedo y hay un instante en el que te sobrepasa.

YOLANDE: Mirarlo, sentirlo, hundirse en este miedo para poder darte cuenta que no es más que una palabra; en un momento dado llegarás a una tranquilidad. Si no te puedes hundir en este miedo entonces seguramente reaccionarás o harás algo para huir del mismo. Hay que ir despacio con ello, depende también del miedo que se tenga. Lo importante es, en un momento dado, plantar cara a ese miedo. Si eres capaz de vivir plenamente este miedo lo vas a superar, sino el cuerpo reaccionará y te irás a hacer otra cosa. Y bueno, también es verdad que el cuerpo tiene inteligencia propia.

 

PREGUNTA: Esta revelación que no buscabas, ¿cómo se puede lograr para los que no hemos tenido esa experiencia de rayo fulminante?

YOLANDE: Lo que ha pasado no es que me haya caído un  rayo del cielo, es más bien que había una disponibilidad en mí para ver un espacio vacío entre dos pensamientos y que es donde se encuentra el silencio.  Después de 40 años de vida en que mi práctica espiritual era la vida misma con mi hijo, mi marido, el trabajo, etc., estaba más bien disponible para ver lo absurdo de creer ser una persona. Yo lo explico como si hubiera sido un rayo de silencio porqué no es tan evidente darse cuenta un día de que hay ese espacio entre dos pensamientos. Y es lo que ha ocurrido: me he dado cuenta de lo que hay antes del pensamiento: Tomar conciencia, tener conocimiento de ese espacio de silencio que está antes de nosotros mismos. Todo el mundo tiene momentos para  darse esta oportunidad, para darse cuenta de lo que es nuestra verdadera naturaleza, pero después no todo el mundo quedará anclado en esta evidencia absoluta.

 

PREGUNTA: Esto te lo provocas tú, ha pasado una vez o  tú puedes crear estos espacios entre pensamiento y pensamiento?

YOLANDE: Por mi parte sólo ha pasado una vez. Una vez pero de manera muy fuerte, muy potente.

 

PREGUNTA: Pero luego ¿has vuelto a encontrar estos momentos?, ¿ has sido capaz de encontrar estos momentos… ?

YOLANDE: Es por eso que lo traduzco como un rayo de silencio porque es muy potente. Ha sido tan fulminante que a partir de ese instante  ya no he vuelto a identificarme más con la persona.

Nos damos cuenta que somos la respuesta viviente a esta pregunta “¿quién soy?”  porque lo que ha ocurrido en ese instante es que ha cambiado el punto de vista: durante 40 años el jefe eran los sentidos y en un instante el jefe se ha convertido en el silencio. El punto de vista cambia completamente y del que no hay vuelta atrás, pero que continua expresándose desde el punto de vista de los sentidos.

 

PREGUNTA: ¿Y este punto de vista domina todas las caras de tu vida: en el amor, el odio, la alegria…?

YOLANDE: Esta mirada tanto para mi como para ti domina siempre. Esta mirada inmóvil tiene la capacidad de ver todos los estados de conciencia puesto que es inmóvil. La conciencia global se mueve en distintos niveles de conciencia. Para darte un ejemplo: la mirada puede mirar cosas tan ordinarias como limpiar los platos y también  puede estar mirando estados de conciencia mucho más profundos, como son experiencias místicas, pero es siempre la misma mirada que mira. La mirada ve tanto la intensidad de la profundidad o lo ordinario de una vida soñada.

 

PREGUNTA: Y no juzga…

YOLANDE: No. El único  “trabajo” de  esta mirada es ser presencia, es mirar esta conciencia que por naturaleza juega sus roles, con sus juicios, etc… Lo que veo, es que desde esta mirada ya no puedes engañarte porque ya no puedes identificarte con la conciencia; sólo te identificas de manera natural con lo que eres. Este punto de vista ya no sale al exterior para identificarse, no se vuelve cómplice de todos esos movimientos propios de lo manifestado.

 

PREGUNTA: O sea, sería como un estado de iluminación permanente?

YOLANDE: Sí, es de lo que estamos hablando.

 

PREGUNTA: Entonces, si yo estuviera iluminada,  ya no me molestaría, por ejemplo, la ira ajena:  conduciendo alguien te insulta, ¿ya no reaccionas?.

YOLANDE: Realmente no. Como decía antes,  hay que conocer bien la naturaleza de la conciencia y ésta nunca va a cambiar: la naturaleza de la conciencia es movimiento y no puede haber perfección y paz en el movimiento. La perfección y la paz sólo pueden estar en la inmovilidad. Cuando has tomado buen conocimiento de lo que eres y lo que no eres, entonces no hay más conflicto, dejas que la conciencia haga su movimiento y tú eres esa paz que hace frente a ese movimiento, eres esa paz que hace frente a ese instante presente que se presenta en tu vida. Cuando ya no hay más conflicto, no hay ese ir y venir de la mirada.

La naturaleza de la conciencia, esta inteligencia humana limitada, siempre tendrá preguntas que hacerse. Si  estás en el Silencio, no hay preguntas; si estás en el movimiento, siempre habrá mas preguntas. Así que es normal tener preguntas, es propio de la naturaleza de la conciencia, pero cuando estas “detrás”, en el silencio, quedas libre de ello. Es importante tener preguntas para funcionar bien en la conciencia. En cambio, cuando esta inteligencia humana quiere conocer este Silencio mediante preguntas, no funciona.  Puede que en un momento dado se haga una apertura en la conciencia y se reconozca esta inteligencia suprema, lo cual hace a su vez, que puedas servirte de esta inteligencia humana de manera inteligente.

Gracias a todos.